Hasta ahora, estos nueve meses o 40 semanas habían sido todo un reto, de fuerza, de paciencia, un momento de mi vida lleno de incertidumbre, de miedo, de emoción y un sin fin de cosas que te he venido contando. Pero no hay manera alguna de que yo pueda expresarte con palabras todo el torrente de emociones que vives al momento de dar a luz.
Los días previos tuve muchísimo miedo. Por mi cabeza pasaban tantas dudas sobre el parto, como seria? Lo podre hacer? Tardaré muchas horas?
Estarás bien? Y asi, un millon de preguntas que te rondan la cabeza. Pero creo que la que continua en mi cabeza desde que naciste ( y creo que estará allí hasta el ultimo día de mi vida) es: lo estaré haciendo bien?
Estarás bien? Y asi, un millon de preguntas que te rondan la cabeza. Pero creo que la que continua en mi cabeza desde que naciste ( y creo que estará allí hasta el ultimo día de mi vida) es: lo estaré haciendo bien?
Ahora pienso que eso jamas lo sabré. Y es que no hay madres buenas y malas, sino diferentes. Hay días que somos buenas, hay días que somos malas y así todo el rato. Somos humanas. Ademas, para algunos seré una madre terrible porque llevamos doce meses de lactancia casi exclusiva; para otros seré una madre increíble porque la leche materna es lo mejor que puedes darle a tu hijo. Lo cierto es que tampoco me inquieta mucho lo que piensen los demás sobre nuestro estilo de vida. Yo simplemente decidí escuchar mi cuerpo, escuchar mis necesidades, escucharte a ti mi bebe, escuchar tus necesidades y eso nos ha llevado a vivir de la manera en que lo hacemos. Y sabes que? creo que no podemos ser mas felices. El colecho nos permite estar cerquita la una de la otra, que tengas mi calor, mi teta y mi amor sin tener que llorar; que te despiertes y te brote una enorme sonrisa tan solo de verme. Para mi eso es felicidad pura.
Que tengas tu teta cada vez que la necesites, si tienes hambre, sed, te sientes mal, o cualquier cosa que te pueda pasar, mami esta allí con su teta mágica y tu me regalas una mirada de paz y tranquilidad. Para mi eso es felicidad pura.
Y es que creo firmemente en el respeto y eso debe ser en todos los aspectos. Para comer, para dormir, para jugar, en fin, para vivir. Te respeto mi bebe, y lo haré toda la vida.